viernes, 17 de diciembre de 2010

Arlt o las lecturas de Astier

  
Cuando se tiene algo que decir, se escribe en cualquier parte. Sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal. Dios o el diablo están junto a uno dictándole inefables palabras

Roberto Arlt. Prólogo a Los Lanzallamas


Cualquier maestra de la escuela primaria, incluso mi tía Margarita, puede corregir una página de Arlt, pero nadie puede escribirla

Ricardo Piglia. Respiración artificial


Puesto que en la primera entrada hablaba sobre Arlt, me he permitido explicar un poco más de la obra de este autor argentino, un autor paradójico y fuera del cánon habitual, de periferia, con un estilo atropellado y repleto de faltas de ortografía que, sin embargo, él mismo cultivaba para dar la visión de un autor sin apenas educación y lecturas que está poseído por un don divino o diabólico, pero Arlt sí había realizado muchas lecturas...



El personaje de Silvio Astier constituye un auténtico alter ego de su creador Roberto Arlt. Es por eso que siguiendo su relación con los libros a través de la novela, se puede desentrañar la propia evolución literaria de Arlt, desde las lecturas que leía cuando apenas era un adolescente hasta su relación con los libros o la ficción cuando se acerca a la edad adulta.

Si el camino de Silvio es hacia la delincuencia urbana, iniciado por Enrique, también los es hacia la literatura, hacia lo imaginario.
Apenas iniciada la novela, Silvio nos dice que fue un viejo zapatero andaluz quien lo inició en los deleites de la literatura de bandoleros. Silvio empieza la novela leyendo Montbars el Pirata y Wenongo el mohicano.

Formada la sociedad con sus dos amigos, lo primero que roban son libros y de un colegio. Esta posesión de libros ajenos a través del robo, viene de Las montañas de oro, de Leopoldo Lugones y es éste precisamente el libro que roban por su valor en el mercado. Cogen el libro de Lugones porque es una edición muy escasa y valdrá mucho dinero, no por su valor literario. Lo que constituye una crítica a la obra de Lugones, sobre todo por el lenguaje que éste usaba, totalmente opuesto al utilizado por Arlt. Si Lugones está en el otro extremo al lunfardo, Arlt se sitúa en un punto intermedio entre ambos.


Luego encuentran uno de Baudelaire y Enrique cree que es sólo una biografía, pero Silvio se da cuenta de que son sus versos y se apresura a llevárselo a su casa, emocionado por la belleza de esos versos:


Yo te adoro al igual de la bóveda nocturna
¡oh! vaso de tristezas, ¡oh! blanca taciturna,
[…]
y vamos a los asaltos, vamos,
como frente a un cadáver, un coro de gitanos
Versos ante los que Silvio replica que son hermosísimos y se los lleva hacia su casa. Pero que no tienen ningún sentido por lo que se refiere a la segunda estrofa.
Lo que Baudelaire escribió realmente fue:


Je t'adore à l'égal de la voûte nocturne,
O vase de tristesse, ô grande taciturne,
[…]
Je m'avance à l'attaque, et je grimpe aux assauts,
Comme après un cadavre un chœur de vermisseaux
Versos de los que ésta resulta una traducción bastante más adecuada:


Te adoro, como adoro la bóveda nocturna.
¡Oh, vaso de tristezas, oh, gran taciturna!
[…]
Yo renuevo el ataque y los asaltos vanos,
como frente a un cadáver un coro de gusanos
En esta segunda traducción desaparece la blanca mulata y la necrofagia de los gitanos, además de poseer un sentido del que la traducción reproducida en El juguete rabioso por Arlt carece

El segundo capítulo, se titula directamente “Los trabajos y los días” ya hemos indicado en el apartado anterior que se trata del título de uno de los libros de Hesíodo, lo que demuestra que a Arlt también le interesaba la literatura griega, ya que conoce las dos tesis principales de la obra para ser capaz de juzgarlas, cuestionarlas e incluso parodiarlas en su capítulo, negando el trabajo como forma posible de ascensión social.
La librería de don Gaetano representa para Silvio sólo libros viejos, lecturas ya superadas. De hecho, la llama continuamente “la caverna” creemos que este título podría tomarse en sentido platónico, ya que “el mundo de las ideas” estaría constituido por la renovación científica que Souza le ofrece, pero que resulta inalcanzable para Silvio. Quema estos libros como si se despidiera de ellos, y luego saluda a la vida con la emoción de quien ha descubierto un nuevo autor que siempre había estado ahí pero siempre le ha pasado desapercibido. 





En cuanto al tercer capítulo, “El juguete rabioso” hemos hallado tres interpretaciones posibles del significado de la palabra juguete que puede tomarse como destino (Diana Guerrero), infancia (David Viñas) o como imaginación (Aden W. Hayes).
Nos interesa para este apartado la que lo constituye como la capacidad imaginativa de Silvio, porque éste articula su vida a través de la literatura, tratando de emular a sus héroes de juventud literarios, es decir, que la ficción tiene poder para actuar sobre la realidad, para adaptarla, para modificarla, someterla a sus designios:


¡Oh, ironía!, ¡y yo que era el que había soñado en ser un bandido grande como Rocambole* y un poeta genial como Baudelaire!

Según lo cual, Silvio intenta ser desde el punto de vista social, rocambolesco, es decir, destacar por encima de las masas de su misma clase social, y desde el punto de vista literario; pretende ser el mismo personaje Rocambole. Quiere ser alguien sin escrúpulos, a quien no le importe traicionar a sus amigos por unos cuantos pesos o el reconocimiento de alguien superior (este intento de semejanza con el personaje de Rocambole será una de sus motivaciones para la traición del Rengo).

El capítulo tres empieza indicando las lecturas que Silvio atesora sobre una silla de su habitación: Virgen y madre de Luis de Val, Electrotécnica de Bahía y el Anticristo de Nietzsche. Lo curioso es que escoge la electrotécnica, pero es en este capítulo donde se dedica a su ambición de inventor, tratando de demostrarle al capitán Márquez que es capaz de hacer cosas útiles, así que la lectura de este libro puede constituir un “aviso” del autor ante lo que sucederá a continuación (la llegada de la vecina que le cuenta lo del ejército).

La literatura se apropia de la vida de Silvio, éste quiere imitar a sus personajes, cada uno de los actos que en ella se cuentan y a él le parecen hermosos, dignos de ser “homenajeados” en su burda imitación. Silvio, como Arlt, vive por y para la literatura, la única que será capaz de hacerlo inmortal, bellamente inmortal sumido en su propia desdicha.
La traición al Rengo es una forma de autoafirmar el ser actual de Silvio. Denuncia su ser anterior: el ladrón, el inventor fracasado… y también a la clase social del lumen, del adolescente que robaba con el club de la medianoche. No es algo que se relacione con las denuncias de Rocambole por dinero o poder; no es algo materialista ni un medio para conseguir una posición social o la admiración del ingeniero, sino un fin en sí mismo.
Constituye el asesinato del antiguo Silvio y el nacimiento de uno nuevo:
A veces tengo la sensación de que hace una hora que he venido a la tierra y de que todo es nuevo, flamante, hermoso
Esta traición se ha intentado explicar desde el punto de vista nietzscheano, según el cual, Silvio sería una especie de superhombre, superior al Rengo, al lumen y a lo que representa su clase social, pero también superior al ingeniero que le cuestiona su acto, por las profundas motivaciones que lo impulsan, Silvio le escupe en la cara que se siente superior a él. Así que Silvio es ahora el único capaz de sentir y entender sus profundas causas, lo que lo convierten, a sus ojos en un superhombre porque él es el único capaz de sentir la profunda fuerza que se desprende de su interior y que le hace, a pesar de su acto terrible, adorar a la vida.

Curiosamente, la posterior novela de Arlt, Los siete locos, se inicia precisamente con una traición… pero esta vez la traición es a su personaje principal, Erdosain. Su jefe lo despide por ladrón, porque le ha robado de los fondos, y Erdosain se pregunta quién le habrá traicionado… ¿Una inversión de papeles?

En este capítulo, Silvio pasa de ser un Cristo, en una escena de la pasión (en el momento que da agua a Enrique en el primer capítulo y lo protege en su casa, aún al margen de la ley) para convertirse en un Judas Iscariote, un traidor a sí mismo que, sin embargo; ahora sí se encuentra dentro del margen de la ley. Según el evangelio de San Marcos, Judas recibió dinero por su traición, pero después, arrepentido intentó devolvérselo a los soldados, que lo rechazaron. En la desesperación por su delación, Judas se ahorcó.
Hay muchos paralelismo entre el personaje de Silvio y Judas en esta escena. El ingeniero Vitri también intenta pagarle, pero Silvio rechaza el dinero y asegura tener una motivación más profunda.
En este momento ya no es un Judas o un Rocambole que también traicionaba por dinero, sino alguien que cree haber llegado más lejos, justificado por una profunda convicción que únicamente él es capaz de entender:
Hay momentos en nuestra vida en que tenemos la necesidad de ser canallas, de ensuciarnos hasta adentro, de hacer alguna infamia, yo que sé… de destrozar para siempre la vida de un hombre… y después de hecho eso podremos volver a caminar tranquilos
Silvio se autojustifica la traición del Rengo a sí mismo, necesita ser como un personaje de esas novelas que lee, un hermoso traidor… alguien que no tiene escrúpulos, que quiere tener algo terrible en su pasado, algo tan terrible que provoque el desprecio de la gente. Y en este sentido, sí es un Judas, el mayor traidor de la historia, el más detestado. También los actos de Rocambole eran despreciados. Y estos dos personajes aún coinciden en otro punto con Silvio: no poseen amor. Se trata de personajes que no son amados.

Arlt parece negar a Silvio durante toda la obra la capacidad de amar. Eleonora está fuera de su alcance por ser de una clase superior, la cocotte también. A Silvio sólo le queda el amor materno, un amor que tampoco es capaz de comprender, ya que intenta matarse sólo para atraer la atención de ella. Así, sin haber alcanzado sus sueños, ni en el amor ni como inventor ni tampoco como poeta como Baudelaire, a Silvio sólo le queda una opción para ser recordado, para no ser invisible ante el resto del mundo: destrozar la vida de un hombre.
En su acto de traición, espera que al menos ese hombre, el Rengo lo recuerde durante el resto de su vida y con ello, se puede decir que Silvio consigue la única opción que Arlt le permitía: ser un muerto en vida. Matarse, pero no morir.


No me importa… y seré hermoso como Judas Iscariote. Toda la vida llevaré una pena… una pena…
La angustia abrirá a mis ojos grandes horizontes espirituales… ¡pero qué tanto embromar! ¿No tengo derecho yo…? , ¿acaso yo…? … Y seré hermoso como Judas Iscariote… y toda la vida llevaré una pena... pero… ¡ah! Es linda la vida, Rengo… es linda… y yo… yo a vos te hundo, te degüello… te mando al “brodo” a vos… sí a vos que sos “pierna”… [baraja] que sos “rana”… yo te hundo a vos… sí, a vos, Rengo… y entonces… entonces seré hermoso como Judas Iscariote… y tendré una pena… una pena…

 * Rocambole es un personaje creado por el escritor francés del siglo XIX Pierre Alexis Ponson du Terrail. La importancia de sus novelas es que representan la transición entre la novela gótica y el héroe moderno de ficción. El término rocambolesco es una alusión a este personaje, e indica algo extraordinario o inverosímil. 


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