ADVERTENCIA: En este post se desvelan detalles importantes de la trama de Los Miserables, de Víctor Hugo, incluyendo el final. Si no lo habéis leído aún, mejor guardad este post para cuando lo hayáis hecho.
Este libro es un drama, cuyo primer personaje
es el infinito. El hombre es el segundo
Víctor Hugo
Todo lector
que se precie ha leído al menos una vez en su vida a los grandes autores
franceses del siglo XIX: Gustave Flaubert, Honoré de Balzac, Stendhal y sobre
todo Víctor Hugo. Con grandes autores no me refiero sólo a su grandeza
literaria y artística, que también, sino a las grandes proporciones de sus
obras magnas.
En concreto Los Miserables, de Víctor Hugo tiene muy
pocas ediciones en un solo tomo e incluso cuando se edita en dos, cada uno
alcanza cerca de las mil páginas (1.002 el primero y 742 el segundo en mi
edición de bolsillo de Random House Mondadori). A lo largo de esta larga
novela, el autor puede permitirse explayarse tanto como para dedicar un primer
libro entero a la descripción de la vida de un obispo que no volverá a aparecer
en toda la obra tras ese primer libro.
"Por supuesto -estaréis
pensando- Don Bienvenido Myriel es importantísimo para el resto de la obra
aunque no aparezca más que en este primer libro". Así es. El magnánimo
obispo es un personaje importantísimo y eso es porque Los Miserables está escrita a modo de la epopeya clásica de la
antigua Grecia.